Marqués de Tamarón || Santiago de Mora Figueroa Marqués de Tamarón: ¿Es España un Estado de Derecho?

lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Es España un Estado de Derecho?

La división de poderes es condición necesaria pero no suficiente para el recto funcionamiento del Estado de Derecho, y éste a su vez no es sinónimo de Democracia. El imperio de la ley está ligado esencialmente al Estado de Derecho, y quizá sea aquel el pilar más debilitado hoy de todo el edificio. En los tres poderes clásicos se echa en falta una aplicación cabal y sistemática del espíritu y la letra de nuestro ordenamiento jurídico. El poder legislativo –que rara vez legisla si no es a instancias del poder ejecutivo- aprueba leyes que a menudo nacen para no ser aplicadas, y que de hecho el poder judicial con no menos frecuencia no intenta aplicar.

Las sentencias judiciales, incluso las sentencias firmes del Tribunal Supremo, a veces no se ejecutan. Y de todas formas la advertencia Justicia dilatada es justicia denegada carece ya de vigencia en la práctica. A todo ello hay que añadir un defecto en la actuación del poder legislativo, defecto sin duda nacido de loables intenciones, que es el garantismo a ultranza, que conduce a la falta de garantías para la mayoría de la población.

Si a los poderes clásicos añadiésemos el poder de los medios de información o el de los sindicatos o el de los empresarios, veríamos que la obediencia a la ley dista tanto o más de ser general.

El problema es sencillo, la solución no. Las instituciones nunca obtendrán el respeto de los ciudadanos si no se respetan entre ellas. Y más aún, si cada institución no se respeta a sí misma acatando la ley.

Lo más desmoralizador para una nación es el oír decir con cierto fundamento aquí nunca pasa nada, esto en España sale gratis.


(El texto que antecede fue publicado en el ABC del pasado Lunes 28 de Noviembre de 2011, con leves ajustes de maquetación. Respondía a la pregunta que se me hizo, pidiéndome un breve comentario sobre un artículo del Profesor González Ballesteros, que todavía no estaba escrito, "sobre la necesidad en España de recuperar la división de poderes y el respeto entre ellos para que los ciudadanos, a su vez, respeten las instituciones". Me pareció más interesante centrarme en el problema evidente pero poco atendido del desmoronamiento del Estado de Derecho en nuestro país).

4 comentarios:

  1. Después de lo que ha pasado con el indulto a Alfredo Saenz no se puede hablar de Estado de Derecho en España.

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  2. Disculpe que este comentario no tenga nada que ver con el texto, pero espero que esté a la altura del guante recogido esta noche:

    Guillermo de Torre realizó una ponencia titulada "La difícil universalidad de la literatura española" durante el I Congreso Internacional de Hispanistas en Oxford, 1962 (accesible en este enlace, donde puede descargar el pdf del texto completo).

    Y George Borrow escribió lo siguiente en su prefacio a "The Bible in Spain, or The Journeys, Adventures, and Imprisonments
    of an Englishman, in an Attempt to
    circulate the Scriptures in the Peninsula":

    «It is worthy of remark that, called suddenly and unexpectedly “to undertake the adventure of Spain,” I was not altogether unprepared for such an enterprise. In the daydreams of my boyhood, Spain always bore a considerable share, and I took a particular interest in her, without any presentiment that I should at a future time be called upon to take a part, however humble, in her strange dramas; which interest, at a very early period, led me to acquire her noble language, and to make myself acquainted with her literature (scarcely worthy of the language), her history and traditions; so that when I entered Spain for the first time I felt more at home than I should otherwise have done».

    Puede consultarse en el proyecto Gutenberg.

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  3. Vanhomrigh, voy de sorpresa en sorpresa ante la rapidez y destreza en encontrar las citas más rebuscadas. Llevaba años detrás de la de George Borrow. No pretendo obtener el arma secreta para estas búsquedas, siempre que Vanhomrigh me haga el honor y el favor de seguir ayudándome. Muchísimas gracias.

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  4. Hace tiempo que hemos entrado en estado de anomia. Lo comentado en el artículo es absolutamente cierto. Tampoco la democracia es en si es ninguna panacea. No funcionan los conceptos aislados unos de otros. El sistema político en el que se supone que queremos vivir es la democracia liberal, con un sistema de libertades garantizado por un estado de derecho, que no es tal sin el imperio de la ley. Todo ello, con una intervención del Estado que debería ser "subsidiaria", es lo que debería permitir una sociedad abierta. Nos hemos alejado muchísimo, acercándonos peligrosamente a modelos como el argentino, de demagogia y deuda externa. Tenemos ambas cosas y también corrupción y la "langue de bois" de los franceses: la incapacidad de llamar a las cosas por su nombre que es el primer paso para resolver los problemas. Pero hay un elemento adicional, sin cuya resolución todo lo demás puede llegar a ser secundario. Por primera vez desde 1939, España ha perdido población. El índice de natalidad es ínfimo, y con la crisis económica, los emigrantes buscan otros lugares a los que acudir. La pirámide de población española es un personaje de Mingote, una señora gorda, de cabeza pequeña y tobillos finos. Vamos que ha dejado de ser pirámide y se ha hecho peonza... Es un hecho que no se menciona por ningún lado, no está en los programas electorales y mucho menos en la mente del español de la transición, hedonista, disfrutón, vividor y groserazo. Supongo que al que lo saque a relucir le llamaran lo habitual, facha, franquista, carca, etc. O cambiamos mucho o esto se termina de acabar... Y lo curioso es que no parece que haga falta tanto para salir del círculo vicioso y entrar en el virtuoso, hay gente capaz, con ganas, bien preparada y se ha tenido éxito en ocasiones anteriores. Por mencionar un caso antiguo y espectacular, pensemos en el estado de los reinos de la península al comienzo del reinado de los Reyes Católicos, desastroso, y como el buen gobierno de éstos supo canalizar las energías sociales e invertir la tendencia de forma magnífica. Lo que no sé es si entre nuestros políticos encontraremos pareja semejante…

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